lunes, 18 de mayo de 2015

Algunos hombres buenos

La película que da título a esta entrada es de esas que se queda grabada en tu filmoteca particular cerebral cono una de las que enseña que el esfuerzo tiene recompensa. Rob Reiner dirige, en1992, esta magnífica historia interpretada por Tom Cruise, Jack Nicholson, Demi Moore, Kiefer Sutherland, Kevin Bacon y Kevin Pollak en los papeles principales.
Hoy os contaré una película distinta donde no están los anteriores ni falta que hace pero está protagonizada por un puñado de hombres buenos que dedican su tiempo libre de la tarde de los lunes - durante 10 semanas- a cumplir los sueños de un grupo de chicos.


Aquí no hay buzos y nadie se sumerge salvo en la contagiosa risa de un grupo de deportistas felices.
Tienen distintos tamaños y distinto nivel de juego pero tienen en común que están siendo enseñados, acompañados, corregidos y ayudados por algunos hombres buenos; éstos dedican parte de su tiempo y de sus conocimientos a que esforzados deportistas -algo diferentes a los que llenan las páginas de los diarios- alcancen un mejor nivel de juego con una gran sonrisa. Ellos han entendido que la discapacidad no es tener menos capacidad sino capacidades distintas.

El III One Time es una iniciativa del la fundación Valencia Basket en la que deportistas con discapacidad intelectual disfrutan y aprenden a mejorar su juego mientras crecen en humanidad. Tiene buenos maestros  que sonríen, hacen bromas, corrigen y hacen que los minutos vuelen dentro de la cancha como en un partido de la liga real.
Y nuestros deportistas sonríen, sudan, corren y encestan...o no; ésto no es lo más importante.
Lo importante es que aquí la "cultura del esfuerzo" - lema del equipo valenciano- es más verdad que nunca: unos se esfuerzan por enseñar, otros por aprender y en medio, los padres, percibimos que la felicidad que se respira haga que se pare el tiempo.

Me preguntaban en la última entrevista ¿qué se puede hacer para convertir la integración en algo fácil y posible? Nada más y nada menos que lo que ha hecho el Valencia Basket: darnos la oportunidad, a través de la Asociación Síndrome de Down, de compartir con ellos su experiencia, su humanidad, su entrega y su esfuerzo por no perder a nadie sea cual sea su nivel de juego y hacer que se sientan importantes y queridos.
Esto no tiene precio ni quien se lo ponga.

La grandeza de los equipos se mide no sólo por sus resultados deportivos sino por la calidad humana de los que los integran y dirigen. Por ello, la copa màs grande de la temporada es, sin duda,  de color naranja.
Muchas gracias, Valencia Basket, Asociación Síndrome de Down y Asociación Crecer en Positivo.
Probablemente, el título de la cinta de  Rob Reiner se escribió pensando en vosotros.

https://www.facebook.com/valenciabasket/videos/10152822004382256/

domingo, 17 de mayo de 2015

Los médicos también duermen

Mi trabajo no es, ni con mucho, el más importante;  sólo lo es para aquel al que el destino coloque en mis manos.Y es importante que éstas obedezcan a un cerebro despierto...
Esto que parece una obviedad no lo es tanto; los médicos también dormimos.
Y aunque debiéramos hacerlo muchas más horas de las que nos permiten, como cualquier mortal, lo necesitamos.Necesitamos descansar, dormir, relajarnos para que al llegar el momento de alerta, de urgencia y de necesidad de especial lucidez, ésta sea posible.

-"¿Para qué necesitáis dormir?,¿No os pagan para eso?", me preguntas.
-"Si y no", contesto; pero, lejos de quedarme aquí, intento explicarte el porqué de tu error, de un error extendido estos días a lo largo y ancho de la red, acompañando a la imagen de una pobre residente que se quedo dormida no sabemos si un minuto, diez o una hora, aunque  los comentarios destilan la crueldad de quien jamás pasó una noche en blanco atendiendo a un semejante...Es como si viviera dormida y no me parece justo.

   - "SI,  porque soy humano como tú -con las mismas necesidades fisiológicas de descanso y con las mismas batallas que librar contra el cortisol maléfico que se empeña en tenerte "de bajón" justo a mitad de noche pudiéndote pillar con un resfriado entre manos o con un infarto...-". 
La enfermedad no tiene reloj biológico y aparece de modo caprichoso en tu ritmo vital. Es tan inoportuna como frecuente: siempre parece que quiere jugarte una mala pasada de modo que a mayor cansancio mayor dificultad de síntomas. Quizá sea también cuestión de probabilidad: aquel que trabaja fundamentalmente de noche, será el que deba librar una singular batalla contra el sueño noche si y noche también. 

   -"Y NO, no me pagan por esto". Lo hacen para que :

      -cumpla con mi trabajo que consiste en "hacer todo lo que pueda, lo mejor que sepa" por recuperar la salud de aquel paciente que la perdió  en mitad de una noche, no consiguió mantenerla o un imprevisto le sorprendió poniendo su vida en juego.Si queremos cumplir con esta premisa tenemos una ardua tarea por delante.

      - cuando seas tú el que me necesites me encuentres fresco, atento, alerta y dispuesto a acercarme a tu dolor, tu miedo o tu angustia con una sonrisa de esperanza; eso si, previamente bañada en evidencia clínica.

       - si dado el caso, lo que te trae hasta mi no es nada urgente ni de importancia sino que es porque "a ti te viene bien que te atiendan ahora", te explique -con respeto y sin perder la misma sonrisa -que no es aquí donde debes acudir y menos a estas horas-aunque igualmente te atienda y lo haga doblemente- dándote soluciones e informacion; Informar al paciente de lo inadecuado de su consulta es también nuestra misión, aunque te enfade.

Como dice Ana, en su magnífica entrada de ayer, los médicos somos humanos  (https://curaraveces.wordpress.com/2015/05/16/yotambienmedormi/). Y en medio de esta humanidad se contempla el sueño que nos afecta, que necesitamos para reparar un cuerpo castigado y para estar a la altura de una profesión que, pudiendo ser la mejor del mundo para aquellos que voluntariamente la elegimos, debe abordarse con sensatez y seriedad en el descanso. 

Para ello necesitamos: 

1- Tener claro que el descanso es una necesidad y no un capricho.
2- Que las plantillas de los servicios se dimensionen según las necesidades reales y no en función de las medallas que nos pongamos con el ahorro -económico- obtenido.
3- Que lograr un sueldo digno no pase por hacer turnos inhumanos ya que de nuestra condición ( descanso) depende, en muchas ocasiones, el resultado de nuestro quehacer clínico.
4- Que permitir jornadas extenúantes y peligrosas respecto a la seguridad de los pacientes no debería ser permisible y debemos plantarnos. Si no lo hacemos, no podremos quejarnos después.

          

                                
                           




Pd-Esto, amigos, es también, un "guiño" a directores y gestores que duermen en su casa a pierna suelta y que olvidaron la penurias de una guardia sin descanso. Algunos, al menos; otros siguen pasando por su servicio a ver que pueden necesitar de modo que, pese a ser una especie en vías de extinción, hay que hablar de que existen ( yo los he visto...).Que cunda el ejemplo.

lunes, 11 de mayo de 2015

Precariedad como horizonte...

 La esclavitud, como institución jurídica, es una situación por la cual una persona (el esclavo) es propiedad de otra (el amo); es una forma particular de relaciones de producción, característica de un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en la evolución de la historia económica. Esclavismo es la ideología que sustenta la esclavitud (wikipedia).
En la actualidad se considera superada dicha situación aunque yo no lo tengo tan claro.

La precariedad, como ya dije en su día, me parece la forma más moderna de esclavitud contra la que nadie se rebelaba, hasta ahora, momento en el que se detecta un movimiento emergente que no debe quedar en la espuma del cava al ser descorchado: ruido y burbujas para luego quedar en nada...Debe dársele continuidad e importancia debido a la profundidad de aquello a lo que nos aboca.


Menos visible que el color de la piel igualmente divide- en este caso a los médicos- a los profesionales en aquellos que vuelven la cara a la esclavitud y los que son esclavizados; entre los que desde su plaza en propiedad miran para otro lado al cruzarse con compañeros que desempeñan su trabajo en la puerta de al lado y cuyo trabajo tiene las mismas características que el suyo pero que está vergonzosamente remunerado, y los que no. Sin faltar a la verdad hay un número cada vez mayor de profesionales que reconocen la situación y se ponen al lado de aquel que malvive -laboralmente hablando -de las migajas que caen de la mesa de contratación.

Nuestro Código Deontologíco nos da  una pista sobre cómo actuar en aquellos casos en los que no tengamos claro qué debemos hacer, cómo ayudar, cuándo y en qué lado quedarnos .

Artículo 45

1.El médico que presta su servicio en el Sistema Nacional de Salud ha de velar y contribuir para que en él se den los requisitos de calidad, suficiencia y cumplimiento de los principios éticos. Secundará las normas que contribuyan a mejorar la asistencia de los enfermos.

2.El médico pondrá en conocimiento de la dirección del centro las deficiencias de todo orden, incluidas las de naturaleza ética, que perjudiquen la correcta asistencia. Si no fuera así, las denunciará ante su Colegio, y en última instancia a las autoridades sanitarias, antes de poder hacerlo a otros medios. 


Cada  uno que medite estos dos puntos que resumen  lo que se espera cada uno de nosotros tal día como hoy, donde facultativos se reúnen en distintos puntos de España para hacer visible la precariedad laboral en la que muchos compañeros se ven abocados a trabajar.

Aquí no nos dan azotes, no nos quitan la piel a tiras pero los golpes arañan el alma y la vocación; ésa misma desde la que se ejerce la profesión de modo responsable, leal, comprometido y que en este momento esta sangrando a borbotones por los latigazos de la precariedad .

  
   
                                      

Detalles

Peter, un esclavo de Mississippi, 1863. Las cicatrices son resultado de los azotes de su capataz, que posteriormente fue despedido por el amo. Estuvo dos mesesrecuperándose de la paliza.

Original photographers: McPherson and Oliver. Part of the Blakeslee Collection, apparently collected by John Taylor of Hartford, Connecticut, USA .