jueves, 26 de marzo de 2015

Hacerle trampas al destino

Cuando hay una tragedia, de cualquier tipo, que conmociona al mundo y que se lleva por delante víctimas  inocentes (como suelen ser todas los víctimas ...) solemos recurrir, como explicación, al destino; pensamos en él como ente todopoderoso que decide la suerte final de los mortales en su modo, tiempo y  circunstancia.

El destino es la explicación que arrastra a la tragedia a los que la sufren. Así intentamos pensar que cada uńo tenemos señalado un momento para acabar nuestro tránsito en esta tierra, predeterminado, al que nadie puede escapar: el destino te persigue aun cuando pretendas huir de la muerte de cualquier modo.

No conocemos cual será nuestro día y nuestra hora : siempre te coge de sorpresa cuando no es un proceso previsible de modo que, la posibilidad de que aparezca, lo hace mas llevadero.
 Sin embargo no creo que estemos preparados para asumir cuando de modo voluntario se le hacen trampas al destino;cuando el gesto de un único hombre se convierte, para la vida de aquellos que están a su cargo, en juez único con poder de sentencia mortal.

El mundo entero sobrecogido por la noticia encoge- aún más si cabe- sus entrañas al conocer que el drama ha sido fruto de una decisión voluntaria.De un solo hombre, con desconocidos motivos, pero voluntaria.Quizá nunca sabremos más de lo que se sabe ahora;no llegaremos a saber cual fue el mecanismo cerebral que actúa para arrastrar contigo a un trágico final a personas desconocidas pero con vidas singulares e importantes para los suyos.

Nadie detectó ningún problema o quizá no lo hubo hasta entonces ...; nadie en su sano juicio arrastra tras de sí, al horror y la muerte sin dar opción ninguna, a los que de modo casual lo acompañan. 
Ahora se trata de explicar lo inexplicable, de buscar causas que originen una decisión tomada en frío que según parece no alteró ni la respiración...La libertad humana es lo que tiene: puede  usarse de buen modo o de manera ilógica e inexplicable;por muchos y sofisticados mecanismos de control técnico que utilicemos la voluntad humana consigue saltárselos ganando a la maquina, en este caso desgraciadamente.


¿Buscarán ahora en sus antecedentes medicos con lupa y los airearan por todas partes?,¿acabará teniendo el equipo médico que realizó los controles de salud la culpa de no detectar a tiempo lo imposible?,¿podemos juzgar con lo que sabemos con frialdad despiadada?.
Desconocemos la mayoría de los detalles y hasta entonces quiza debamos ser cautos...por mucho que rastreemos nunca sabremos que llevó  al copiloto a hacerle trampas al destino.Pero de ahí a empezar a salpicar a las pruebas médicas y los facultativos que las realizan es mucho rizar el rizo dejando la profesionalidad en entredicho de modo innecesario.

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