jueves, 19 de junio de 2014

La sonrisa de una madre feliz.

No sé sí ustedes le han notado esa sonrisa franca y el brillo en los ojos de una madre feliz.
Hoy ha pasado de ser la Reina Sofía a ser la madre del Rey.
Y esto, que parece sencillo de escribir, es el resultado del sacrificio de toda una vida.

Lo que más me impresionado  del día ha sido la imagen de felicidad que irradiaba la Reina. 
Reina y madre pero feliz.
Nuestra Reina hasta hoy, con mayúsculas, Dña.Sofía, cierra un ciclo vital  en el que ha trabajado sin descanso.

Esta misma expresión la encontramos en el primer gol de uno de tus hijos en una fría mañana de invierno, en un patio gélido y desangelado, que se llena de claridad y luz con la hazaña del niño.
En la fiesta de Navidad donde quizá sólo haga de buey y su texto, por tanto, no dé para mucho lucimiento; pero es tu buey y es lo que importa.
En la fiesta de primavera, quizá ascendamos, y haga de lagarto ;su papel sera el de arrastrase por el suelo lentamente.La sonrisa, de nuevo, lo llenara todo.

Después puede que estudie, se gradúe y la felicidad  aparecerá, también, por un rincón.
Siempre feliz.
Vivir a través de los demás es vivir dos veces.Su felicidad y la tuya ; sinsabores compartidos también dobles.Nada hay que iguale el sentimiento de una madre orgullosa de su hijo y de la labor callada que tanto esfuerzo ha supuesto,día a día, y de sol a sol ...
La recompensa es inmensa.
No hace falta que te coronen rey; ser un árbol bailarín en una fiesta "del cole" hace brotar la sonrisa a borbotones y te hace sentir, mitad reina y mitad madre, a partes iguales.Pero inmensamente feliz.

Reina sobre dificultades, problemas y sinsabores ...
Madre feliz al ver cumplido un sueño, distinto quizá del que imaginaste, pero sueño al fin.

Hoy han resonado el eco de los aplausos a la Reina en mis oídos y le he robado unos pocos.
Se los dedico a las madres sencillas, sensatas,trabajadoras incansables, con fe en sus hijos y en sus inquietudes y con ánimo de sobra para regalar.
No sé lo que se sentirá siendo Reina; si sé por partida triple lo que se siente siendo madre.

Comparto con la mismísima reina el orgullo y la felicidad de ver a tus hijos llegar a su meta.
La de Dña Sofía ver a su hijo Rey.
La mía ver convertirse a mis hijos en adultos excelentes, académicamente brillantes e inigualables en el trabajo de cuidar, con amor inmenso, a su hermano Javier.

Eso es casi como una coronación (sin tanto aplauso ni foco pero con la misma sonrisa  y el brillo en los ojos ).

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