Me explico: lo que narra en su artículo lo viven o han vivido muchas madres españolas que a diferencia de ésta - María -tienen más hijos e incluso alguno con discapacidad.
Nada nuevo bajo el sol..
¿Difícil ?Si, a veces, hasta la extenuación ..
¿Actual? Quizá no tanto...llevamos años inmersos en un horario laboral y escolar absurdo de modo que sorprende que aún pueda sorprenderle a alguien.
¿Sólo ocurre en la empresa de María ? Pues no: ocurre en la tuya y la mía donde los horarios se alargan y los sueldos se acortan, como norma, ya hace tiempo.
Si nos parece heroico el sortear los días de un modo que tan bien se explica en el artículo , imagínad cuando se tienen más hijos, poca o ninguna familia cerca o un hijo con discapacidad.
Los días se pueden hacer eternos y la esperanza fugaz.
Sin embargo hay una casta especial de madres con un denominador común: la calma y la sonrisa .
Son aquellas que a las dificultas añadidas de madre y padre en uno,horarios de locos y una calidad de atención comprimida en pocas horas, suman la dificultad suprema de la enfermedad.
Sillitas de ruedas ,carros reforzados,caminares lentos siempre de la mano...
Movimientos torpes,palabras vacías y ojos cansados contrastan y chocan con sonrisas francas .
No muestran cansancio y encuentran un rato de unas con las otras.
Se ayudan, se ríen, se cuentan sus cosas...
Nunca van corriendo pues su vida fluye en un río distinto.
La felicidad esta dentro de uno y se vive al lado de alguien.
La prisa y las condiciones del vivir debemos tratar de cambiarlas pero no dejarnos engullir por el desanimo que produce la visión de una sociedad sin alma.
El alma a la sociedad se la ponemos todos, cada uno la suya, y será la suma de aquello que somos.
Yo si creo que la sociedad de ahora, la nuestra, la cercana y vivida en el hoy y ahora, tiene alma; también que ésta es cálida y acogedora.
Sólo hay que saber mirar en la dirección adecuada teniendo en cuenta que la entereza y la felicidad no son fruto del nivel económico, mejor horario laboral o mayor conciliación.
En el caso que nos ocupa nunca existieron esos términos : la ley de dependencia no funciona y la integración real es una quimera.
Sólo la aceptación activa de aquello que te toca en suerte, de modo optimista, te dará una visión distinta.
Si alguien se apunta le espero a la salida del colegio: tendrá una experiencia tan diferente como lo son sus alumnos y sus madres:Especiales con "licencia para reír".
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