domingo, 3 de julio de 2016

Una enhorabuena doble




Celia  era una niña con mofletes que sonreía al mundo desde detrás de sus gafas. Cada cierto tiempo visitaba a su oculista. La niña iba creciendo y decidió que quería ser médico .Y seguía visitando a su oculista. Para ello se dedicó a estudiar, estudiar, estudiar y es nuestra "chica 10" de la selectividad española. Empezará su Grado en Medicina en la Universidad de Sevilla. Ahora ya busca piso para el inicio de curso.Y sigue visitando a su oculista.


Esta que podría ser una historia cualquiera no lo es por muchas razones; en su entrevista en Redaccion Medicaa(aquí), Celia Morales aclara el porqué: 

1-Siempre quiso ser médico (o medica, según prefiera el lector). Quien tiene un sueño debe perseguirlo: nadie dice que vaya a ser fácil pero ahí reside la grandeza de la elección personal y la perseverancia en ella.
2-Los sueños se desvanecen si no van acompañados de una actitud decidida hacia ellos.Resumiendo: hay que estudiar - mucho-para saltar esa "nota de corte" que supone un primer escollo en la vida profesional. Asi de paso, se pone " en valor" el esfuerzo. Reconoce que ha estudiado- mucho- y no lo esconde.
3- Las decisiones iniciales- querer estudiar medicina- deben mantenerse para llegar a la meta elegida. Nos habla de muchas horas de estudio, de haber aparcado durante un tiempo su " vida social" , y de que no ha encontrado preguntas difíciles en la selectividad. Este es un claro ejemplo de que salvar la dificultad es directamente proporcional a las horas de estudio invertidas. Tan fácil y sencillo.
4- No quiere cualquier especialidad: quiere ser oftalmólogo. Su historia personal le hace querer ayudar a niños con dificultades visuales pero, sobre todo, en la elección ha influido el ejemplo del suyo.


Y aquí este oftalmólogo desconocido- para nosotros - en las múltiples visitas de Celia a lo largo de los años, también se ha ganado un 10 en la selectividad de vida profesional. Ha conseguido - como ella misma nos cuenta - transmitir el amor a la profesión y el buen hacer técnico y humano que se han quedado grabados a fuego en la memoria de una niña "que quiere ser como él". El ejemplo dado proporciona grandes alegrías y conlleva mucha responsabilidad 
Este es el premio al que todos querríamos aspirar. El dado por una paciente a la que, entre otras cosas, nuestro ejemplo ha llevado a amar nuestra profesión.

Es  importante lo que hacemos y cómo lo hagamos.Y nuestra influencia es mayor de lo que cabría esperar. No se trata sólo de trabajar sino de hacerlo transmitiendo que nuestro trabajo nos gusta y nos satisface por encima de la parte oscura del mismo que todos , en mayor o menor medida,vivimos.
Ser capaz de ser un buen médico y un médico bueno es algo que no se debería disociar.

"Con la especialidad de Oftalmología en su particular ‘punto de mira’, la joven andaluza quiere “ayudar a los más pequeños que tienen algún tipo de dificultad visual para que puedan disfrutar de sus ojos”. Una meta que no solo responde a su propia experiencia personal, sino a la inspiración que ha encontrado en su oftalmólogo personal, “de quien he ido aprendiendo la pasión por esta área de la Medicina. Cuando sea una profesional no quiero ser como ningún médico de televisión o cine, sino llegar a ser como él”, sentencia.

Nada más que añadir.

        
                         Imagen de Celia Morales tomada del articulo de Redaccion Medica.

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